San Pa Tong, CHIANG MAI.
Mishmesh.
Sentir cosas en una dirección y en otra.
Madrugamos porque no estaba cerca y teníamos que llegar temprano.
Después de 50 minutos de recorrido, bajamos del bus amarillo y vimos que a ambos lados de la carretera había mercado.
Era enorme.
Todos, locales.
Ya eran las 7.30 así que nos apresuramos en buscar los búfalos, que era lo primero que desaparecía de este mercado que empezaba con la salida del sol y terminaba a las 11 de la mañana.
Después de pasar y oler puestos de comida, ropa, chile, pescado seco, cerámica, carne, plástico, herramientas, bicis, motos… llegamos a donde estaban los búfalos.
Una explanada gigante, palos de madera alineados en el suelo y polvo, mucho polvo.
Amarillo. Cuerdas. Búfalos grandes, búfalos pequeños. Ganaderos por aquí y por allá. Cuerdas. Camiones. Cuerdas. Spray. Dinero. Cuerdas. Ojos atentos. Ojos de miedo. Polvo. Cuerdas en las manos de los ganaderos. Cuerdas para subirlos a los camiones. Cuerdas para mantenerlos de pie. Cuerdas para los más pequeños, para “cazarlos”. Spray para marcarlos. Dinero para pagarlos. Dinero para comer. Dinero para vivir. Intercambio. Tradición.
Algunos datos:
El Mercado de San Pa Tong o Buffalo’s Market comenzó hace 60 años como una reunión de sábado entre ganaderos y comerciantes. Hoy en día es uno de los mercados más grandes y baratos del norte de Tailandia.
Ganadería no industrial.
Los búfalos de agua son utilizados en labores del campo.
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