Atreverse significa siempre romper un miedo.
Encontramos un lugar que nos hacía sentir especialmente bien. Un café orgánico, un negocio familiar, pequeño, cuidado. En un entorno verde en el que se puede sentir la tranquilidad. Cafés, chocolates, tés fríos, frappes y unas galletitas riquísimas de anacardo.
Pi Nok y Pi Eak. Tardes y tardes allí.
Conversaciones sencillas y wood carving.
Pi Nok se ocupa del café durante el día. Cuida el huerto, tuesta el café y los prepara. Por la tarde, ella talla cajas de madera en el patio.
Pi Eak trabaja tallando madera en Baan Tawai, la villa dedicada al wood carving a 40 minutos de Chiang Mai.
Cuando empieza a bajar el sol, una melodía concreta inunda algunos pueblos como estos, donde el conocimiento de una destreza pasa de padres a hijos y ocupa a familias enteras.
Tarde a tarde íbamos teniendo más confianza.
Cuando le preguntamos a Pi Eak cuál era su pieza preferida, y no tardó en enseñarnos la puerta de su casa. Dos elefantes perfectamente tallados con la textura de su piel sumamente conseguida.
Es increíble el detalle.
Tres días antes de irnos de San Pa Tong, sabiendo que era la última oportunidad, rompiendo el miedo a muchas cosas, le pregunté a Pi Nok si me enseñaba algo de Wood carving.
Me bastaba cualquier cosa, sentir la herramienta en mi mano y la textura de la madera, probar el golpe, intervenir una pieza de madera a una herramienta pequeña…
Se sorprendió pero la sentí feliz. Me contestó que sí, que fuera al día siguiente a las 16.00 que tenía que prepararme el material.
A partir de aquí, dos tardes enteras trabajando. Dándome cuenta cuánto más de la verdadera habilidad que tenía para hacerlo rapidísimo y con detalle. Dándome cuenta de la práctica. Con la misma melodía de fondo y con su ayuda. Doliéndome las manos e intentando mejorar en cada golpe. Me corregía, pero no es nada fácil conseguir el movimiento que la técnica te requiere: suavidad, soltura, fuerza y dirección.
Son cosas que también necesitamos en nuestra vida.
Terminamos y le di las gracias tantas veces como pude, nos tocaba marchar.
Ahora sé algo de Wood craving, sé que la gente en San Patong en bonita y también sé que hay que romper los miedos, para no perdernos las cosas buenas.
NOTA:
—— MATERIAL DOCUMENTAL PERDIDO ——
Se han perdido varios videos del proceso. Si en algún momento los recuperamos volveremos a publicar este post.
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